miércoles, 3 de julio de 2013

REFLEJO


Del mismo lado en que escribo, he olido mi aliento seco frente al espejo.
Veo estaño corroído y cepillos con cerdas gastadas.

Y no veo más que un cuanto tanto de lo que quiero, veo el sabor del suelo, tierra.
Un hilo de arena roja que no para de herir mi nariz.

Y también veo el mismo sueño cuasi imposible, el mismo viejo deseo algo marchito,
junto a él, en el caño, una maraña de pelos, supongo míos.

Del mismo lado en que escribo, aquí, lejos de cangrejos,
de sus brazos y sus abrazos, sus labios y sus besos, sus temblores,
sus sudores, aquí, con mi aliento siempre seco.


Febrero 2003




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