jueves, 10 de octubre de 2013

Unos días para ti

Para imaginarte me bastan las moras, las velas cumpleañeras, los imposibles, tus libros, los regalos, los tuyos y los míos.

También tus blancos dientecillos, tu nariz, tus mejillas, las pestañas de tus ojos y tus ojos que las adornan, y tus ojos nuevamente, uno tras otro y los míos que quisiera entregarte.

Tu cabeza brillante llena de cielos, creo que son cielos o lunas, brillantes, como la pintura seca de mis pinceles, y sus colores, los tuyos tan azules y los míos ni tan míos.



Para imaginarte me bastan segundos, noches largas, varios vasos de cerveza, una pista de baile con tu ausencia, el bajo de esa canción que tanto añoras, casi siempre tus acordes, y por qué no, también los míos.

Tu majo cabello, tus tiernas muecas, tus mascotas y tus paseos de pronto, un día u otro, en las montañas por mis bosques que son tan tuyos.

Tu voz que no escucho cercana hablándome de tus eternidades, del color de tus zapatos, de la lluvia, de la vida y la muerte, de las luchas, las mías y las tuyas.

Para imaginarte me bastan dos suspiros, uno para contemplarte, y otro para nunca acostumbrarme, tu sonrisa en la ventana y las dulces manos descansadas, las tuyas sobre las mías.  

                       


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