Sueño de las larvas, tranco del tiempo, espejo o retrato en movimiento. Manecilla, quizá segundero. Ermitaño en el azul gris más gris que azul.
Borde de la respiración, calor de los ríos de almas, blanco a final de cuentas. Piensa por un momento, después de todo el mundo es tuyo.
Vientre entre la mente, entre flores, reinas y plebeyos, unas llaves que no abren nada, entre el polvo y la miel, entre aves y piedras. Dueño de las vidas, esgrima ganada, el punto clave de toda pregunta no contestada.
Observa caer sus manos, mirada perdida, rincón profundo de la distancia, paso de los segundos. Señoras y señores, se agota y se aleja como un par de nubes en el horizonte.
Mayo 2002
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